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domingo, 26 de julio de 2020

Just Heinrich Boettiger y Johanne Friederike Fricke

Mis Pentabuelos:

En un artículo que escribí en marzo de 2019 hice un breve resumen biográfico sobre mi trastatarabuelo Theodor Boettiger Fricke (*), que llega a Chile en 1857, y del que descienden todos quienes hoy llevan este apellido en el País, como fue el caso del famoso caricaturista René Ríos Boettiger "Pepo", creador del inolvidable Condorito.

Hoy sin embargo quiero dejar la información que he podido recopilar sobre una generación anterior, me refiero a la de los padres de Theodor, mis  pentabuelos Just Heinrich Boettiger y Johanne Friederike Fricke.

Just Heinrich Boettiger (o Böttiger), nacio el 28 de marzo de 1784 en Foerste, una pequeña aldea en las inmediaciones de Harz, próxima a la ciudad de Osterode, en el sur de la Baja Sajonia, Alemania. 
Hijo del matrimonio de Johann Friederich Böttiger Körber (1745 - 1814)  y de Luise Sophie Sindram (1754 - 1824).

Tarjeta postal con imágenes de Foerste am Harz, Alemania.

Just Heinrich de 26 años de edad se casa el día de Navidad del 25 de diciembre de 1810, con Johanna Dorothea Wedig.

El matrimonio duró muy poco tiempo porque Johanna Dorothea, fallece al año siguiente de 1811, a los 28 años de edad, junto con su primer hijo durante el trabajo de parto.

El 21 de junio de 1812 Just Heinrich de 28 años se vuelve a casar en la ciudad de Goslar, Baja Sajonia, con quien seria mi pentabuela Johanne Friederike Fricke de 35 años de edad, viuda con dos hijos, y que había nacido en la vecina ciudad de Osterwieck, el 11 de marzo de 1777.

Vista del centro histórico de Osterwieck, Baja Sajonia, Alemania.

La pareja de Just Heinrich y Johanne fueron padres de: 
Heinrich Ludwig (1813-¿?); Christian Friederich Theodor (1816-1876), mi trastatarabuelo que emigró a Chile, y Heinrich Karl Friederich (1819-1870).

Just Heinrich tuvo el oficio de talabartero, el que le enseño a sus  descendientes y que por supuesto puso en práctica su hijo Theodor, cuando llego como inmigrante  en 1857 a la ciudad de Valdivia en Chile, en compañía de su mujer Ottilie Gunkelmann.

No son muchos más los antecedentes que tengo de este matrimonio de pentabuelos, salvo que los padres de Just Heinrich, Johan Friederich Böttiger y Luise Sophie Sindram (mis Hexabuelos), tuvieron a lo menos 11 hijos, de los cuales Just Heinrich fue el sexto.

Los once hermanos Boettiger Sindram fueron:
Johann Christian (1774-1775); Dorothea Christine (1776-¿?); Christian Friederich (1779-1783);  Luise Wilhemine (1781-¿?); Johann Conrad (1783-¿?);  Just Heinrich (1784-¿?); Maria Luise (1786-¿?);  Johann Christian Heinrich (1788-¿?); Heinrich Gottfried (1790-1842); Hinrich Wilhelm (1793-1793)  y Friederich August Carl (1798-1798).



lunes, 20 de julio de 2020

Lo heredado y lo adquirido (*)


Francisco Cumplido Cereceda, primo hermano de mi padre, escribió hace algunos años un libro de recuerdos, anécdotas y vivencias personales, del cual les transcribo a continuación dos de sus primeros capítulos, ya que estos se vinculan con varios de los ascendientes que compartimos:

Lo Heredado

Nací el 23 de octubre de 1930, en la calle Cueto, Avenida Portales de Santiago, en mi casa, como era en aquella época, en que mi mamá, Elvira Adriana Cereceda Varela fue asistida por una matrona. Mi padre Guillermo Simon Cumplido Ducos, Visitador de Imprentas y Bibliotecas de la Biblioteca Nacional, observaba con mucho temor, pues había estudiado medicina y fue el mejor alumno, le decían el "microbio", porque entro a primer año a los dieciséis años de edad, pero no terminó la carrera, porque mi abuelo, Luis Arturo Cumplido Sánchez, lo retiro debido a que el Profesor Dr. Noé le informo que mi papa no estaba asistiendo a clases, y se descubrió que tenía amores con una pariente francesa.
Sin duda, eran otros tiempos. En efecto, mi tío Eduardo Cereceda Varela se negó a dar Licenciatura, porque había tenido un fuerte intercambio con el Decano Arturo Alessandri, a raíz de una huelga de transporte. Mi abuelo, Juan Antonio Cereceda Benítez, lo retiró de la Universidad, y lo mandó a trabajar a Iquique, en el verano, con ropa de invierno. Fui el primer profesional universitario de ambas familias.

En cuanto a mi ADN, recuerdo que con Alicia, Alicia Antonieta García Valdés, mi cónyuge, 52 años de matrimonio, nos bebimos una cava en champaña, en honor a nuestros antepasados chilenos, españoles, franceses, argentinos y de mi tatarabuela de apellido Negrete... ¡que mezcla!... los malpensados creen que me tiño el pelo... ¡puros genes!

Algunos atribuyen mi vocación por lo juridico a mi desendencia de la familia Ducos. Mi bisabuelo, Simon Ducos Dubarry, era pariente de Roger Ducos, Tercer Cónsul de Francia, junto a Napoleón y Sieyes (**). Los Ducos pertenecìan a la vieja burguesía, gente de justicia y tenían una casa en la ciudad de Dax. Mi tio Alberto Cumplido Ducos la visitó en la década del treinta... los parientes celebraron que este Ducos de América fuera... blanco.

Guillermo Simon Cumplido Ducos

Lo Adquirido

Mi niñez y mi juventud me enseñaron pronto que debía ser muy independiente, que tenía que forjarme mi propio destino; además de mi innata curiosidad, era... un intruso...que me convirtió, más tarde en un académico...investigador y creativo y... bueno para los puñetes.

En efecto, mi padre se enfermó cuando yo tenía dos años, y por recomendación médica, tuve que irme a vivir con mis abuelos paternos. A los cuatro años pude volver a vivir con mis padres en Puente Alto, pero antes de cumplir siete años mi padre murió. Hubo un grave problema económico, porque mi padre ganaba mil pesos mensuales y mi mamá tuvo que entrar a trabajar, también en la Biblioteca Nacional, por un sueldo de ciento ochenta pesos. Entonces me mandaron a vivir con mi abuela materna en el pueblo de Maipo, en una propiedad que mi abuelo Juan Antonio Cereceda había comprado con un galardón que le pagó el gobierno por descubrir que el Ferrocarril Inglés había eludido impuestos por dos millones de pesos.

Mi abuelo Juan Antonio, muy jugador en la Bolsa, sufrió serias pérdidas en la crisis de 1929, pero vendió sus propiedades de Lo Negrete y pagó sus deudas. En aquella época la gente antes de quebrar o pagaba o se suicidaba... mucha sangre corrió por calle Nueva York al costado del Club de la Unión. Han cambiado los tiempos y los valores. Toda la familia hubo de vivir en la propiedad de Maipo.

A los nueve años fuimos con mi mamá a vivir a la casa de mis abuelos paternos. Mi abuelo Luis Arturo Cumplido Sánchez hijo de Benigno Cumplido y de doña Engracia Sanchez, españoles (***), como corresponde dueños de una ferretería en la calle Bascuñan Guerrero, era Jefe de Presupuesto de la Biblioteca Nacional, también había tenido un emporio en la plaza Yungay de Santiago, Tal vez de ellos herede ser muy bueno para las matemáticas...

De los nueve años viajaba entre Santiago y Maipo solo, en la góndola de los Morales, en el tren Buin a Estación Central y en el tranvía por la calle Chacabuco hasta Catedral. Los mayores protegían a los menores que viajábamos solos en esos transportes.  A la Estación de Buin la llamaban la "Estación de los locos" porque al llegar el tren todos íbamos en las pisaderas y corríamos para tomar la góndola de los Morales para no tener que irnos en el techo, junto con las maletas, canastos y otras cargas.

Fui, pues, muy independiente.

A partir de esa edad y ya convencido que mi mesada semanal solo me permitia ir los domingos al cine Colon a ver "la serial", que yo repetía en mi casa, como el "jovencito derrotando a los malos", y con mi único terno de verano o de invierno, mis únicas sandalias o los "bototos" engrasados, según fuera verano o invierno, viajaba a Maipo a buscar fruta, huevos, moldes de fruta seca, etc., que me regalaba mi abuelita Paula Elvira Varela Pirán, y yo en Santiago "negociaba" con mis parientes y amigos o permutaba por un plato extra de comida o postres, dulces etc.

En la temporada de la vendimia viajaba los fines de semana a Maipo a trabajar en la corta de uva... lo que me proporcionaba buenos ingresos.

Además... era bueno para los puñetes.


(*) Fragmentos del libro:
¡GRACIAS A DIOS!
de Francisco Cumplido Cereceda.
Muller & Chipon Editores e Impresores.
Santiago de Chile.

Mis comentarios:

(**) De lo que he podido investigar hasta ahora, no tengo ningún antecedente que certifique que mi tatarabuelo Simon  Ducos Dubarry fuese efectivamente pariente del político Roger Ducos, Tercer Cónsul de Francia.

(***) Benigno Cumplido nació el 12 de febrero de 1843 en Santiago de Chile y por lo tanto no era español. 
https://cumplidomayrock.blogspot.com/2019/04/domingo-cumplido-y-bartola-cumplido.html

Es también muy probable que el padre de Benigno tampoco fuese español, y que su nombre completo fuese Domingo Esteban Cumplido Aristegui, quien fue bautizado el 5 de agosto de 1807 en la Iglesia El Sagrario de Santiago, hijo de Ysidro Cumplido y Maria Cayetana Aristegui.
Aunque  en este caso podría entenderse como español por el hecho de haber nacido en la todavía Capitanía General de Chile, provincia que estaba bajo la administración del Imperio Español.

El matrimonio de Ysidro Cumplido y Maria Cayetana Aristegui... mis probables pentabuelos..., también fueron padres de María Ana de Jesús Cumplido Aristegui, bautizada el 25 de enero de 1811 en Santiago de Chile.

lunes, 13 de julio de 2020

Ocho Norte



En esta bella fotografía del verano de 1956 que encabeza este artículo, están mis padres Lalo y Dossy aun de pololos, apoyados en las escaleras del trampolín de Saltos Ornamentales de la piscina de Ocho Norte en Viña del Mar.

Chile había sido designado por tercera vez en su historia como sede  para el XIII Campeonato Sudamericano de Natación, y la piscina olímpica de calle 8 Norte esquina avenida San Martín, de la ciudad jardín fue el lugar donde se desarrolló el torneo.

Como mi padre fue en su juventud un destacado nadador del Club Deportivo de la Universidad de Chile e integro en más de una ocasión la selección chilena de este deporte, asistió, ya retirado de la actividad, a presenciar esta cita sudamericana del deporte que tanto amaba.

Algunos lectores de esta página de recuerdos se preguntaran: ¿de qué piscina estoy hablando?. La historia detrás de este recinto deportivo que les menciono y del campeonato continental que se desarrolló en ella es más o menos la siguiente:

Fue en 1928 en que se le autorizó a la Municipalidad de Viña del Mar para que contratara un préstamo para llevar a cabo obras de mejora para transformar la ciudad.

La administración de estos fondos recayó en la Sociedad Pro Balneario, la cual era dirigida por los alcaldes Gastón Hamel y Manuel Ossa, sucesivamente, y dieron origen a los trabajos que levantaron obras tan importantes como: el Casino Municipal, el Teatro Municipal, el Coliseo Deportivo de calle Libertad, el Hotel O'Higgins, la compra del terreno para el futuro Estadio Sausalito, y las piscinas de Recreo y la de Ocho Norte.

Vista aérea de Viña del Mar en 1960 donde se aprecia en la parte inferior la piscina de 8 Norte

Fue a partir de ahí que la piscina municipal de 8 Norte, frente al Hotel San Martín, se transformó en un sello turístico de la ciudad, y en ella se realizaron innumerables competencias de natación de la que surgieron grandes nadadores.

La piscina según los que allí nadaron era realmente fabulosa, y por años fue la única en el País con la medida reglamentaria de 50 metros para ser considerada olímpica,  y que parecía una verdadera extensión del mar por su agua salada, tema no menor que la transformo en un recito apropiado para batir marcas, por ofrecer menos resistencia a las brazadas y patadas de los nadadores.

Vista de la piscina de 8 Norte desde el Hotel San Martin (al fondo el muelle Vergara)

Febrero de 1956 resultó ser especialmente atractivo para quienes pasaron el verano en la Ciudad Jardín, debido a que en la piscina de 8 Norte se congregaron miles de espectadores y cientos de nadadores de ocho países sudamericanos, para dar vida al campeonato Sudamericano de la especialidad.

En el ámbito deportivo, los representantes nacionales tenían pocas posibilidades de ganar sus pruebas, así que el objetivo de la mayoría era batir las marcas chilenas y aspirar a un podio secundario.

Entre los varones chilenos destacaron  Darío Contreras y Oscar Morales, en estilo libre; Eduardo Carvallo, en mariposa, Marco Antonio Pollier, en espalda, y el equipo de la posta 4x100  integrado por Hernán Avilés, Guillermo Villalobos; Eduardo Carvallo y Darío Contreras.
Entre las mujeres destacaban Inge von der Forst, Helen Nissen, Ruby Bonder y la viñamarina Teresa Puyol.

Solamente en el campeonato de saltos ornamentales, Günther Mund respondió a su calidad de figura sudamericana y obtuvo el primer lugar desde el trampolín de tres metros.

Medalla entregada a los vencedores de las competencias del 
XIII Campeonato Sudamericano de Natación y Saltos Ornamentales.

¿Qué paso con la piscina?

Por su proximidad al mar junto a la playa Acapulco, fuertes marejadas a mediados de la década del 60 dañaron parte importante del recinto, el que finalmente nunca fue reparado y termino siendo demolida a principio de los 70 dando paso a un edificio, un restaurante y a la plaza que hoy se ubica en la esquina de 8 Norte y Av. San Martín.


Vista de la plaza que hoy ocupa el lugar de la piscina municipal de 8 Norte.

martes, 7 de julio de 2020

Su última aventura quijotesca

“Y todavía estaría entreteniéndonos con sus fabulosas creaciones si no hubiera ido a la Argentina, cuando ocurrió el terremoto de San Juan, dejándose llevar por un impulso irresistible de su corazón generoso ….. envuelto en el vértigo de su última aventura quijotesca”.

Con estas palabras cierra Rafael Frontaura el capítulo en que se refiere a mi tío abuelo Alberto Cumplido Ducos en su libro: “Trasnochadas, anecdotario del teatro y la noche santiaguina” (*)

El 15 de enero de 1944, a eso de las nueve de la noche,  la ciudad argentina de San Juan sufrió un sismo de 7,4 grados en la escala de Richter que causo la muerte de más de diez mil personas y ocasionó daños que hicieron desaparecer la ciudad casi por completo.

Imágenes de la ciudad de San Juan, Argentina, después del terremoto de 1944.


Inmediatamente producido el terremoto, el Gobierno de Chile encabezado por su Presidente Juan Antonio Rios ofreció ayuda, la que el presidente argentino general Pedro Pablo Ramírez acepto; estableciéndose un puente aéreo entre Santiago y Mendoza.

El día 20 de enero se dispuso la salida de dos aviones bimotores Lockheed Lodestar C-60, pertenecientes a la línea aérea LAN que harían re abastecimiento en el aeródromo de El Plumerillo en Mendoza para continuar posteriormente a San Juan.

Al mando de una de las aeronaves, la Lodestar matrícula 503 de LAN,  estaban el comandante Eduardo Lazo Preuss, y el copiloto Eduardo von Bischoffshausen, e integraban también la tripulación el mecánico Fernando Mella Ulloa y Dora Koeppen Maisan "Mucky", la primera azafata en la historia de la aviación chilena, quienes estaban conscientes de la responsabilidad que se les encomendaba.

Al momento que el equipo de tripulantes se aprestaba a subir al avión, se le comunicó a "Mucky" que por disposición superior debía ceder su puesto al consejero de la empresa Alberto Cumplido Ducos, quedando ella en el Aeropuerto de Los Cerrillos viendo como ambos bimotores enfilaban hacia la cordillera con rumbo a la Argentina, sin comprender que el destino había querido cambiar su suerte.

Dora Koeppen "Mucky" (al centro), la primera azafata de LAN.

El primero de los aviones de LAN cumplió con su plan de vuelo y llego a San Juan, previa escala en Mendoza, con la ayuda enviada por el Gobierno chileno.

La segunda aeronave en la que viajaba Alberto Cumplido hizo también escala en el aeródromo de El Plumerillo en Mendoza, donde parte de la ayuda solidaria fue descargada para ser enviada a los hospitales mendocinos que estaban abarrotados recibiendo a un gran número de heridos sanjuaninos.

Antes de emprender vuelo nuevamente rumbo a San Juan, abordaron el avión un equipo de sanidad argentino compuesto por los médicos Ernesto Vicente Ponce y Hugo Bardiani; los enfermeros, cabo Eduardo Caicedo y soldado Frenando Fernandez; las enfermeras Angela Medina y Argentina Zarate; y las voluntarias de la Cruz Roja, Maria Josefina Ghiglione y Blanca Clermont.

A eso de las 19.00 horas, el avión levantó vuelo desde Aeródromo de El Plumerillo, pero al momento del despegue y mientras la aeronave tomaba altura la rotura de las cuerdas tensoras que fijaban la carga hizo que esta se desestibara lo que produjo que el avión se precipitara a tierra y se incendiara, provocando la muerte de todos sus ocupantes.

Lockheed Lodestar C-60 de la Linea Aérea Nacional LAN.

El accidente causo un hondo pesar tanto en Chile como en Argentina. Los 12 féretros fueron colocados juntos en una improvisada capilla ardiente en el cementerio mendocino donde una multitud  despidió  a los ocupantes del avión que sacrificaron la vida en aras de la amistad y solidaridad entre ambas naciones.

Sus nombres aun se recuerdan en algunas calles de San Juan bautizadas en su honor, y en una placa conmemorativa que se encuentra en un monolito en el aeropuerto mendocino de El Plumerillo.

Los restos mortales de los chilenos fueron posteriormente repatriados en otro avion Lockheed Lodestar y los de Alberto Cumplido Ducos, que tenia 44 años al momento del accidente,  fueron sepultados en el mausoleo familiar del Cementerio Católico de Santiago.

Casi cuarenta años después mi tía abuela Julia Cumplido Ducos -hermana de Alberto- con la intención de desocupar algunos nichos en el mausoleo de la familia, solicitó que se hicieran algunas reducciones de los restos de algunos difuntos, para generar espacio para futuras sepultaciones.

Grande fue la sorpresa al momento de abrir el féretro donde descansaban los de Alberto Cumplido, ya que en su interior no había ningún resto humano y el ataúd se encontraba lleno de pesadas piedras.

Probablemente lo que ocurrió es que con la caída del avión y su posterior incendio fue prácticamente  imposible encontrar, y menos aún reconocer, los cuerpos de los fallecidos, por lo que las autoridades argentinas decidieron hacer un velatorio simbólico con féretros vacíos en algunos casos, hecho del que la familia Cumplido en Chile nunca se entero.

La última foto en Lima

La foto que encabeza  este articulo me la envió recientemente desde Lima mi prima Monica Mayrock, y en  ella aparecen mis abuelos maternos, ...