Son pocos los llamados “civiles” que tienen la oportunidad de navegar en el buque escuela Esmeralda, bergantín goleta utilizado por la Armada de Chile para realizar los cruceros de instrucción para numerosos cursos de guardiamarinas, marineros, cadetes y grumetes.
Junto con mi mujer, Irene Chantire, tuvimos
la oportunidad única de viajar en la Dama Blanca entre los puertos de Valparaíso
y Talcahuano en septiembre de 2010.
Todo comenzó en la mañana de un viernes de enero del año
2010, mientras trabajaba en la tienda París de Valparaíso, donde desde el
ventanal del tercer piso que tiene una vista privilegiada a la bahía, vi
ingresar al buque escuela rumbo al Molo de abrigo.
Como siempre había tenido ganas de abordar y conocer la Esmeralda,
me acorde que mi amigo Sergio Sagúez, había sido oficial de la Armada, por lo
que lo llame para preguntar si me podía conseguir la posibilidad de
visitarla.
Después de hacer las averiguaciones del caso con sus
contactos, Sergio me devolvió la llamada para darme la buena noticia que me esperaban
al día siguiente en el barco para una visita guiada.
Esa mañana de sábado me presente puntualmente en el puesto
de guardia del Molo de Abrigo, desde el cual me acompañaron hasta el buque
escuela, donde fui recibido por un oficial, que me asigno a un Guardiamarina, el que me guió a través de las distintas cubiertas en una muy amena explicación
sobre cada una de las dependencias de la Esmeralda.
La visita culmino en la cámara del Capitán, un hermoso salón
de lujo, donde me recibió el Capitán de Navío, Ignacio Mardones Costa, con el
que mantuve una amena conversación sobre la historia de barco.
Dentro de los varios temas que tocamos, Ignacio me comento
sobre la participación que tendrían en un evento denominado “Regata
Bicentenario Velas Sudamericanas”, en el cual 12 grandes veleros de distintos
Países recorrerían el continente a partir del 31 de enero partiendo desde Rio
de Janeiro - Brasil, para conmemorar los 200 años de independencia de
Argentina, Chile y México.
A partir de esa conversación, empecé a seguir la competencia
náutica a través de un link que permitía hacer seguimiento en línea a los doce
barcos participantes, y junto con ello mantener contacto con Ignacio Mardones a
través de correos electrónicos.
A mediados de abril, la Regata Bicentenario llego a
Valparaíso, y aproveche la ocasion de que los barcos estaban abiertos a todo público para visitar el B.E. Juan Sebastián Elcano, de la
armada española, gemelo de la Esmeralda.
También estuve a bordo del ARA Libertad de la armada Argentina y del ARM Cuauhtémoc de la armada de México, y pude nuevamente volver a visitar el B.E. Esmeralda, y encontrarme con el Comandante del buque escuela.
También estuve a bordo del ARA Libertad de la armada Argentina y del ARM Cuauhtémoc de la armada de México, y pude nuevamente volver a visitar el B.E. Esmeralda, y encontrarme con el Comandante del buque escuela.
Una vez finalizada la regata a fines de junio del 2010, la Esmeralda regreso a Chile
para participar durante el mes de septiembre de varios eventos vinculados a la
celebración de los doscientos años de la Independencia.
El jueves 23 de septiembre, recibí una llamada de Ignacio
Mardones invitándome a almorzar al mediodía en el buque escuela Esmeralda, cosa
que acepte de inmediato, pero advirtiendo que me encontraba ese día con Irene de visita en Viña.
Ignacio muy amablemente extendió la invitación para que ella nos acompañara en el almuerzo.
Ignacio muy amablemente extendió la invitación para que ella nos acompañara en el almuerzo.
Concluido el almuerzo, Ignacio nos dio la tremenda
sorpresa, invitándonos a ambos a navegar a Talcahuano el domingo siguiente, ya
que el buque debía ser llevado a los Astilleros de Asmar, para acondicionamiento y mantención.
Con Irene nos embarcamos en el Molo de abrigo del puerto de
Valparaíso, a las 16:00 del domingo 26 de septiembre de 2010, donde fuimos
recibidos por la oficialidad del barco y por su propio comandante el capitán de
navío Ignacio Mardones Costa.
Nos condujeron a los que fueron nuestros camarotes durante
el viaje, que se encontraban en la cubierta de oficiales. A Irene le asignaron
uno individual, y para mí un camarote con dos literas que compartí con un
abogado de Concepción, que no recuerdo su nombre.
El barco zarpo de Valparaíso alrededor de las 18.00 horas,
con un tiempo bastante ventoso y el mar algo agitado, lo que hizo que esa
primera tarde el barco se moviera bastante, lo que me produjo mientras estaba
bajo cubierta una desagradable sensación de mareo, cosa que no ocurría mientras
estaba en cubierta al aire libre.
Debo reconocer que al momento de abordar, se nos ofreció tomar una pastilla para el mareo, a lo que Irene accedió, y no tuvo problemas. Sin embargo en mi caso, por hacerme el "valiente", no quise tomar nada, y tuve que sufrir las consecuencias.
Luego de un par de horas de reposos en el camarote, las molestias desaparecieron por completo, y pude disfrutar del viaje.
Todos los invitados al viaje, que calculo deben haber sido unas 30 personas, fuimos conducidos al comedor principal de la tripulación, donde se nos dieron instrucciones sobre el comportamiento que debíamos seguir a bordo y sobre algunas medidas de seguridad.
Debo reconocer que al momento de abordar, se nos ofreció tomar una pastilla para el mareo, a lo que Irene accedió, y no tuvo problemas. Sin embargo en mi caso, por hacerme el "valiente", no quise tomar nada, y tuve que sufrir las consecuencias.
Luego de un par de horas de reposos en el camarote, las molestias desaparecieron por completo, y pude disfrutar del viaje.
Todos los invitados al viaje, que calculo deben haber sido unas 30 personas, fuimos conducidos al comedor principal de la tripulación, donde se nos dieron instrucciones sobre el comportamiento que debíamos seguir a bordo y sobre algunas medidas de seguridad.
La primera noche tuvimos una muy agradable cena en el comedor de la cámara del comandante, en compañía de otros invitados y evidentemente de Ignacio Mardones.
Al día siguiente
navegando alejados de la costa, -Muy pocas veces la vi en el horizonte-, recorrimos el barco de proa a popa donde muy amablemente la tripulación nos
explicaba cada una de las tareas que se realizaban en este bergantín goleta.
Quizás lo más interesante fue conocer en detalle toda la operación
que se efectua en el Puente de Mando del barco y las maniobres que se realizan para desplegar parte del impresionante velamen del bergantin goleta, a pesar de que la navegación fue casi en su totalidad a motor.
Uno de los datos curiosos que nos contaron, fue que los trabajos que le iban a practicar al barco en los astilleros de Talcahuano, eran debido a que a partir del 2011 recibiría a la primera dotación de Guardiamarinas mujeres egresadas de la Escuela Naval, y por ello la Esmeralda, ademas de la evidente separación de baños y dormitorios, se le tenia que cambiar una gran parte del sistema eléctrico, debido a que por el uso de secadores de pelo por parte de las mujeres, se requería instalar baterías de mayor capacidad.
Uno de los datos curiosos que nos contaron, fue que los trabajos que le iban a practicar al barco en los astilleros de Talcahuano, eran debido a que a partir del 2011 recibiría a la primera dotación de Guardiamarinas mujeres egresadas de la Escuela Naval, y por ello la Esmeralda, ademas de la evidente separación de baños y dormitorios, se le tenia que cambiar una gran parte del sistema eléctrico, debido a que por el uso de secadores de pelo por parte de las mujeres, se requería instalar baterías de mayor capacidad.
El segundo día culmino en una cámara de descanso reservada
para los oficiales, donde compartimos con ellos una agradable velada y tuvimos
la oportunidad de ver un vídeo resumen sobre la recién finalizada “Regata
Bicentenario”.
La Esmeralda arribo a la bahía de Concepción durante la
madrugada del martes 28 de septiembre. No me di cuenta a qué hora ya que estábamos
durmiendo.
Luego de desayunar en el comedor de la tripulación y de agradecer infinitamente tan increíble experiencia, Irene y yo desembarcamos a las 8:00 de la mañana en la base naval de Talacahuano.
Luego de desayunar en el comedor de la tripulación y de agradecer infinitamente tan increíble experiencia, Irene y yo desembarcamos a las 8:00 de la mañana en la base naval de Talacahuano.
El B.E. Esmeralda en el puerto de Talcahuano, la madrugada del 28 de septiembre de 2010. Fotografía tomada desde la lancha que nos llevaba a tierra durante nuestro desembarco
Fue impactante ver en el lugar, los estragos causados por el terremoto y tzunami del 27 de febrero de 2010, que aun eran visibles en gran parte de las instalaciones portuarias y en los sectores de la ciudad cercanos a la costa, a pesar de que habían pasado 7 meses desde aquel trágico evento de la naturaleza.
Este viaje a bordo de buque escuela Esmeralda, de la Armada de Chile, fue para Irene y para mí una de las experiencias inolvidables que nos toco vivir en nuestra vida juntos.
Este viaje a bordo de buque escuela Esmeralda, de la Armada de Chile, fue para Irene y para mí una de las experiencias inolvidables que nos toco vivir en nuestra vida juntos.
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