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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Una piscina en Providencia

Si existe un lugar físico que marco a mi familia, fue sin dudas la piscina que tuvo el Club Deportivo de la Universidad de Chile en la comuna de Providencia.

La historia del lugar comienza a principios del siglo XX, cuando se crea la comuna de Providencia y especialmente cuando se urbaniza el fundo Los Leones, que comprendía el sector entre Pedro de Valdivia y el canal San Carlos.

Gran parte de los integrantes de la colonia alemana residente en Santiago, comienza a trasladarse a esta joven comuna y establece allí sus organizaciones sociales y educativas.
Es así como surge la Iglesia Luterana en la calle Lota  y junto a ella el Colegio Alemán, que se conocía como la "Lota Schule", para diferenciarlo del antiguo colegio de calle Almirante Barroso.

También se instala en la comuna la sede de la Legación alemana en Chile, en calle Pedro de Valdivia casi esquina de Juana de Arco, en el terreno que hoy ocupa el Colegio Alemán Sankt Thomas Morus.

Destacados miembros de la colonia alemana comienzan a construir sus casas en el sector, como es el caso de Guillermo Schacht Tröger, cónsul honorario de Alemania en Chile, quien mando a construir el edificio que se levanta en la equina de Pedro de Valdivia con Nueva Providencia, y que se conoce como Palacio Schacht, que alberga en la actualidad al Instituto Cultural de Providencia.

Vista de las canchas del Deutscher Sportverein en la comuna de Providencia, con la imponente Cordillera de Los Andes como marco de fondo.

En 1916 la comunidad alemana crea una organización deportiva que bautizan con el nombre de Deutscher Sportverein Santiago (Club Alemán de Deportes de Santiago), y adquiere un terrreno ubicado entre las actuales Av. Los Leones, Eleodoro Yañez, Suecia y Carlos Antunez, donde se construyo una cancha de fútbol, de tenis y de atletismo.

A mediados de la década del 30 el Deutscher Sportverein que ademas de las instalaciones ya mencionadas, contaba con una flamante piscina de 25 metros, se había transformado en el principal centro de reuniones de la comunidad chileno-alemana, y en el se realizaban innumerables actividades sociales.

La piscina del Deutscher Sportverein Santiago, en una fotografía de 1940.

Dentro de las múltiples actividades que se realizaban en el Deutscher Sportverein, estaban las clases de gimnasia y educación física del vecino Colegio Alemán de calle Lota, por lo que mi madre, Dorotea Mayrock, alumna de dicho establecimiento, era asidua visitante del estadio.

La boyante actividad de este complejo deportivo se ve truncada a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, ya que a pesar de la neutralidad que experimento Chile, casi al finalizar el conflicto se anuncia la suspensión de relaciones  diplomáticas con Alemania y la derogación de la personería jurídica del Sportverein.

El hecho de perder su personería jurídica hizo que el terreno de 30.000 metros cuadrados en el corazón de la comuna de Providencia se viera obligado al pago de impuestos a los que hasta entonces estaba  exento por tratarse de un recinto deportivo. Esto hizo que fuera insostenible para la comunidad mantener dicho terreno, lo que los obligo a su venta.

El loteo y venta del estadio estuvo a cargo Alberto Henckel, director de la organización deportiva y funcionario del Banco de Chile. Una calle que hoy atraviesa lo que fue el terreno del Sportverein lo recuerda.

Quien se hizo de una propiedad en este loteo, fue la Universidad de Chile, cuya casa de estudios adquirió para su Club Deportivo un terreno de 3.000 metros cuadrados en la esquina nor-oriente del antiguo estadio. El paño incluía la piscina y sus instalaciones, parte de los jardines y parque, una terraza que hacia de casino al aire libre y la casa del administrador del recinto.

Fue así como la antigua piscina del Club Alemán, ahora llamada "Piscina de Los Leones" o "Piscina de la U", quedara a mediados de la década del 1940 abierta a la comunidad en general, lo que hizo que a ella no solo siguieran asistiendo por un tiempo los integrantes de la colonia chileno-alemana, sino que ademas se integraran a ella, durante los meses de verano, muchos vecinos del barrio.

Los que también llegaron a utilizar las instalaciones durante las temporadas de verano fueron los integrantes de la rama de natación del Club Deportivo Universidad de Chile, entre ellos mi padre Eduardo Cumplido, que hasta entonces solo entrenaban y competían en la Piscina Escolar de Mapocho.

Fue así como la piscina de Los Leones se transformo en cuna formadora de varias generaciones de nadadores que defendieron los colores de la Universidad de Chile, y de grandes figuras de la natación chilena.

Mi padre Eduardo Cumplido en la piscina de Club Deportivo de la Universidad de Chile.

En lo particular vinculado a mi familia, fue justamente la combinación entre los ex miembros del Sportverein, con los integrantes de la rama de natación de la U que asistían a la piscina en los veranos, lo que hizo posible que mis padres se conocieran.

La piscina se transformo para Lalo y Dossy prácticamente en su segunda casa por mas de 25 años, ya que de diciembre a marzo pasaban días enteros en el lugar, compartiendo con amigos.

También lo fue para mi hermano Ricardo y para Mi. 
Desde que nacimos pasábamos prácticamente todo el veranos en la querida piscina de la U, a tal punto que no tengo muchos recuerdo durante mi infancia y adolescencia de haber tenido vacaciones fuera de Santiago.

Fue un lugar lleno de historias, aventuras y anécdotas, como por ejemplo era muy común encontrarse al mediodía de cada fin de semana a Leonel Sanchez, Carlos Campos, Braulio Musso, Ruben Marcos y a los demás legendarios integrantes del "Ballet Azul", el equipo de fútbol profesional de la Universidad de Chile de los años 60, almorzando en el casino de la piscina antes de partir al estadio para enfrentar al rival de turno.

Incluso en los famosos torneos de fútbol de verano en que la "U" participaba junto a clubes extranjeros, ocurrió que el famoso Santos de Brasil, con el mismísimo Pele a la cabeza, también acompaño en uno de estos almuerzos en el casino, a los integrantes de Ballet Azul. 
Me cuenta mi padre que "O Rey" me tomo en brazos cuando Yo tenia algo así como 2 o 3 años de edad. (Lamentablemente no habían en esos años un celular para capturar el momento).  

Ya a fines de los 60, Ricardo y Yo nos integramos a la rama de natación de la Universidad de Chile, donde desarrollamos una interesante carrera deportiva que nos marco de por vida, y que nos inculco el gusto por el deporte competitivo,  gusto que nos acompaña hasta hoy.

Mi hermano Ricardo con 10 años de edad, en el monolito de partida de nuestra recordada piscina, en sus primeros pasos como nadador de la "U".
(Fotografía de 1972)

El verano de 1975 fue el ultimo que nuestra querida piscina estuvo abierta. 
Ese año la propiedad fue puesta en venta, ya que el Club Deportivo de la Universidad de Chile se había hecho de un terreno en la comuna de Las Condes, donde pretendía construir un gran complejo deportivo que incluía a todas las ramas del club, y del que solo alcanzo a inaugurar una piscina olímpica en 1978. 

El proyecto lamentablemente nunca se termino de concretar, y la Casa de estudios termino vendiendo posteriormente los terrenos a la Municipalidad de Las Condes en 1985, quien lo transformo en el actual Parque Araucano.

Con la desaparición de la piscina de Los Leones, también termino nuestra carrera deportiva como nadadores.
De alguna manera habían desaparecido con ella, la que era nuestra casa en los veranos, nuestro patio de juegos y parte de nuestra infancia.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Visitas ilustres en la casa de Lima

Una muy bonita costumbre tenían mis abuelos maternos Meline Quentin y Norbert Mayrock, fue la que consistía en que cada una de las personas que era invitado a su casa, debía dejar una dedicatoria con su nombre en un libro de visitas, que afortunadamente hoy conservo.

A lo largo de 68 años, este libro de visitas es firmado por mas de 900 personas, que incluyen amigos, familiares y conocidos.

Tal como he comentado en artículos anteriores mis abuelos vivieron prácticamente en 3 casas a lo largo de su vida.
La primera estaba en el 477 de Avenida Benavides en el barrio de Miraflores en Lima, Perú, donde se establecieron en 1925, y donde estuvieron hasta los primeros meses de 1939.

La casa de mis abuelos en en 477 de Avenida Benavides en el barrio de Miraflores de Lima - Perú.

Luego de eso, los sorprendió en unas vacaciones por Europa el inicio de la Segunda Guerra Mundial, por lo que vivir en su propio hogar se vio interrumpido hasta que en 1948 lograron regresar a Sudamérica y se establecieron definitivamente en Chile.

Una vez en Santiago de Chile vivieron en 2 casas en la comuna de Providencia. La historia vinculada a esas casas la dejo para un próximo articulo

En este primer articulo sobre las dedicatorio de quienes estuvieron en la casa donde vivió la familia Mayrock-Quentin en Lima, voy a nombrar las que a mi juicio son las personas mas destacadas, o las que mas me llamaron la atención, de todas quienes que visitaron la casa de Avenida Benavides.

El libro de visitas parte el 11 de marzo de 1926, con la dedicatoria que dejan los señores Paul Eitel y Geo Ehni que se identifican vinculados a la sucursal peruana de "Casa Welsch", una conocida casa comercial de Nueva York, dedicada a la importación y transacción de toda clase de objetos de arte.

A partir de ellos las visitas a la casa de Miraflores se van sucediendo una tras otra, como por ejemplo la del pintor, profesor y ensayista peruano José Sabogal, promotor del movimiento cultural indigenista, quien estuvo invitado en compañía de su señora el 26 de septiembre de 1929.

Cabe recordar que Norbert Mayrock, durante sus años de estadía en el Perú, se fue haciendo de una enorme colección de piezas arqueológicas de Arte Precolombino, que llego a ser una de las mas grandes del mundo en manos particulares.
Es por eso que muchas de las visitas que recibían en su casa eran personas vinculadas al estudio de de la Arqueología y Antropología.

Es el caso del profesor Walter Lehmann, director de Etnología y Conservador del Völkerkunde Museum de Munich, que fue invitado el 26 de noviembre de 1929.

En diciembre de 1931 reciben la visita del afamado Arqueólogo y decano de los estudios peruanistas de la Universidad alemana de Marburgo, Heinrich Ubbelohde-Doering.

El Pastor Friederich Karle, Presidente del Consejo Sinodal de la Iglesia Luterana en Chile, también es recibido en casa de mis abuelos en febrero de 1932.

El Capitan de Corveta Guido Zaubzer, de la marina de guerra alemana, en compañía de los cadetes, Otto Werner y Jürgen Denke, también estuvieron en julio de 1932 en casa de mis abuelos. Dejaron una muy extensa dedicatoria en la cual se dieron el tiempo de dibujar la silueta de un barco de guerra.
Guido Zaubzer tendría una activa participación como comandante del viejo Acorazado SMS Schleswig-Holstein, durante la Segunda Guerra Mundial.

El Profesor de Lingüística y Sánscrito de la Universidad de Koenigsberg, Helmuth von Glasenapp, firma el libro de visitas el 31 de agosto de 1934.

En junio de 1934 recibieron desde Chile la visita de su cuñado Herman Feise, casado con Irene Quentin Saelzer, hermana de mi abuela Meline.

En 1935 el Crucero Karlsruhe de la marina de guerra de del III Reich, al mando de su comandante Günther Lütjens (que posteriormente seria comandante del Acorazado Bismarck), realiza una gira de representación por puertos americanos. En su paso por Lima, tres de sus oficiales, los señores Asmus Petersen, Fritz von Bucholtz y Carl Emmermann, son invitados el 31 de enero a la casa de los Mayrock.

Piocha obsequiada a mi abuela por los oficiales del Crucero Karlsruhe en 1935

Wendell Bennet, arqueólogo norteamericano y profesor de la Universidad de Yale, quien ademas se desempeñaba en el American Museum of Natural History, también fue visitante  en junio de 1936.

Otro de los personajes curiosos que estuvo en casa de mis abuelos fue el General de la Wehrmacht, Eccard Freiherr von Gablenz quien los visito en junio de 1938. von Gablenz fue posteriormente comandante de varias divisiones durante la Segunda Guerra Mundial, donde recibió la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro y ascendido al grado de Teniente General, por sus acciones en combate.

Las ultimas visitantes que tuvo la casa de Miraflores en Lima, en febrero de 1939, antes que mis abuelos partieran de vacaciones a Europa, fueron las de mi bisabuela Irene Saelzer y su hija Elisabeth Quentin, quienes viajaron al Perú para traer a mi madre Dorotea y a su hermana Erika a Chile mientras duraba el viaje de sus padres.

Nadie podía imaginar en ese momento que la familia nunca mas regresarían a lo que hasta entonces era su hogar en el Perú.

La última foto en Lima

La foto que encabeza  este articulo me la envió recientemente desde Lima mi prima Monica Mayrock, y en  ella aparecen mis abuelos maternos, ...