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martes, 16 de julio de 2019

Un Obús de la Gran Guerra


De todas las viejas fotografías que herede de mi abuela Meline Quentin, esta es sumamente especial, a tal punto que en su momento fue enmarcada como si fuera un cuadro. En ella se ven a 4 jóvenes soldados alemanes en una trinchera durante la primera guerra mundial, uno de ellos junto a su mascota y abrazado a un enorme obús.
¿Pero cual es la historia detrás de esta fotografía?; ¿Por que era tan especial que merecía ser enmarcada?; ¿Que relación tienen estos soldados y la pieza de artillería con mi familia?
La historia es la siguiente:

Tal como les conte en el articulo escrito en marzo, mi bisabuelo Georg Quentin, quien había sido oficial de ejercito en Alemania. Llego a Chile con 26 años en 1902, contratado por el ejercito chileno como Instructor, cargo que ocupo muy corto tiempo debido a que conoció a quien seria su mujer Irene Saelzer, y como el contrato de trabajo no le permitía el matrimonio, Georg renuncio para poder casarse y finalmente radicarse en Chile.

Irene y Georg se casaron en 1905, y llevaron una tranquila y normal vida familiar en Santiago de Chile, hasta que en junio de 1914, es asesinado en Sarajevo archiduque Francisco Fernando de Austria y su mujer la duquesa Sofia Chotek, lo que enciende la mecha que da origen a la primera guerra mundial, en la cual Alemania se involucra en agosto de ese año, invadiendo Bélgica y Luxemburgo.

Georg Quentin, como ciudadano alemán y ex militar, siente el deber de viajar a Europa e integrarse nuevamente al ejercito, para defender su patria, sin embargo hubo algunas dificultad para salir de Chile, ya que el Gobierno había tomado algunas medidas para asegurar la posición neutral del País en el conflicto.

El gobierno chileno, con el objeto de asegurar su neutralidad -y mantener la venta de salitre a las potencias beligerantes- tomo algunas medidas, como por ejemplo: la internación de la tripulación del crucero SMS Dresden en la Isla Quiriquina en la Bahía de Concepción, luego de que este buque de guerra fuera hundido por su comandante en la Isla Juan Fernandez al ser acorralado por la flota británica.
También retuvo algunos barcos mercantes, como fue el caso del buque escuela Herzogin Cecilie en la bahía de Guayacan en Coquimbo, y la internacion de los cadetes y tripulación del mismo.

Acciones como las descritas hacían muy difícil para los ciudadanos alemanes abandonar el Pais, ya que prácticamente no se les estaba permitido, lo que hizo que Georg Quentin en compañía de su amigo, el también alemán, Hans von der Marwitz (abuelo del relator deportivo del mismo nombre), salieran del Chile de manera clandestina, a lomo de caballo a través de pasos no habilitados de la Cordillera de los Andes, con destino a Buenos Aires, para desde allí embarcarse rumbo a Europa.

Una vez en el viejo continente, e incorporado al  ejercito imperial del Kaiser Guillermo II, Georg es destinado al frente occidental donde los germanos habían instalado una linea de trincheras fortificadas, que se extendían desde el Mar del Norte hasta la frontera entre Suiza y Francia. Esta linea se mantuvo estática casi durante todo el conflicto bélico.
Georg quedo a cargo de un tramo de esta linea de trincheras, con su respectiva unidad de hombres, donde monto su cuartel al que bautizo con el nombre de "Villa Irene" en honor a su mujer que esperaba su retorno junto a sus hijas en Chile.

Mi bisabuelo Georg Quentin en el cuartel de la trinchera que tenia a cargo, al que bautizo con el nombre de "Villa Irene" en honor a su mujer Irene Saelzer (mi bisabuela)

Muy documentado esta la agotadora vida que tenían ambos bandos en estas trincheras de las que prácticamente no se movieron desde el otoño de 1914 hasta la primavera de 1918. Durante el día estaban permanentemente sometidos a los disparos de francotiradores y el bombardeo de la artillería enemiga y durante la noche tenían la mayor actividad  porque se producía el movimiento de tropas y el abastecimiento. Los soldados ademas del ataque enemigo, estaban expuestos a enfermedades, falta de alimento y a las ratas hambrientas que los atacaban mientras dormían. Cada día cientos de proyectiles de artillería caían dentro de las trincheras hiriendo o despedazando a sus ocupantes.

Fue en uno de estos ataques de la artillería enemiga, que el obús de la fotografía, cayo dentro de la trinchera que defendía Georg Quentin y sus hombres, y milagrosamente el proyectil no estallo, permitiendo que los ocupantes siguieran con vida. Así el obús se transformo en una especie de fetiche que les trajo la suerte de seguir con vida, y lo mantuvieron dentro de la trinchera todo el tiempo que permanecieron allí.

Finalizada la guerra, Georg se llevo consigo el obús, símbolo de buena suerte, a la casa de los familiares en Alemania donde vivió mientras paso el tiempo de posguerra en Europa.
El que no tuvo la misma suerte, fue su camarada con el que salio de Chile. Hans von der Marwitz falleció en combate, dejando a su mujer viuda y sola, al cuidado de sus hijos en Santiago.

Cuando Georg regreso a Chile en 1919, se trajo consigo la pesada pieza de artillería que a esa altura había sido bautizada como "die Bombe" (la bomba). La verdad es que no me explico como logro ingresar al País con semejante objeto que pesa mas de 100 kilos.

El obús estuvo en manos de Georg Quentin, hasta que este falleció en 1950, momento en el cual la pieza de artillería fue llevada a la casa de la hija mayor de Georg (mi abuela), en el 722 de calle Hernando de Aguirre, en la comuna de Providencia, donde quedo guardada en el garaje, lugar en el que yo conocí a "die Bombe"

El obús permaneció en manos de mis abuelos, hasta que en 1980 se cambiaron de casa. Por alguna razón "die Bombe" no se fue con ellos, y mi padre se la llevo a la planta de Agrovet, empresa en que trabajaba en Av. Suiza de la comuna de Cerrillos, lugar en que quedo como adorno en el jardín de acceso a las oficinas.
Diez años después, mi padre se retira de la empresa y se lleva el obús a su casa en calle Teruel en la comuna de Las Condes, donde esta hasta el día de hoy.

"Die Bombe" esta hoy bajo mi cuidado, y espero que el día de mañana alguno de mis hijos o sobrinos se haga cargo de cuidar este viejo y querido Obús de la Gran Guerra, que para mi bisabuelo Georg Quentin y sus camaradas de armas, tuvo tan importante significado.

martes, 2 de julio de 2019

La casa de calle Compañia


Hace mas de 20 años atrás, mi abuela materna, Meline Quentin Saelzer me regalo la foto que encabeza el articulo, donde aparece Ella frente a la casa donde vivió en su infancia, con el único antecedente de que la casa en cuestión estaba en calle Compañía, muy cerca de la Quinta Normal.

En mi constante búsqueda de información relacionada con la familia y mis antepasados, me encontré con el registro de nacimiento de Helene Quentin Saelzer, hermana de mi abuela, ocurrido el 13 de noviembre de 1913, y en el que figuraba la dirección en que se domiciliaban sus padres en calle Compañía 2876 en Santiago, lo que significaba haber encontrado la casa que se ve muy parcialmente en la fotografía.

En el articulo que publique en mayo pasado, y que titule "Sherlock y Watson en el barrio Yungay", les comente que el domingo 19 de mayo, fuimos con mi hermano Ricardo a recorrer las calles del barrio, con el objeto de ver en primera fuente algunos lugares que se vinculan a mi familia dentro de los cuales estaba evidentemente la casa en que vivió el padre de mi abuela, mi bisabuelo Georg Quentin y su familia.

Al llegar a la cuadra de calle Compañía donde debía estar la casa (entre Libertad y Esperanza), nos dimos cuenta que la numeración de las casas por la vereda sur, salta desde el 2870 al 2880, y  que el numero 2876 no existe. En su lugar hay una calle llamada Hurtado Rodriguez que atraviesa la manzana entre las calles Compañía y Huérfanos.

Nuestra primera impresión fue que la casa de mi bisabuelo fue demolida para dar paso a la actual calle Hurtado Rodriguez, y, por lo tanto la búsqueda llegaba a su fin. Sin embargo al recorrer esta calle que apareció inesperadamente en nuestro camino, hubo algunas cosas que me llamaron la atención:

La calle Hurtado Rodriguez esta compuesta por 23 casas, 11 en la vereda oriente y 12 en la poniente, todas de fachada continua pero de características y diseño diferentes una de otra. Lo primero que me llamo la atención es que las 6 primeras casa del lado oriente cuando uno ingresa desde Compañía, y que corresponden mas o menos a la primera mitad de la cuadra, son, como si se tratara de un espejo, exactamente iguales pero invertidas en su diseño, con las del lado poniente de la calle, cosa que no ocurre en la segunda mitad. Ademas de lo anterior era curioso que la segunda mitad de la cuadra, el estilo arquitectónico (Gótico y Tudor) fuese diferente al de las primeras casas.

El segundo que me pareció llamativo es que la superficie de adoquines de la calle (por donde transitan hoy los vehículos) fuese unos 40 centímetros mas ancho en cada lado de la primera mitad de la cuadra, con respecto a lo que ocurre en la segunda, lo que me dio la impresión de que se trataba de dos calles distintas que fueron posteriormente unidas.

Y por ultimo lo que me llamo mayormente la atención, es que en la segunda casa de la vereda oriente bajo la placa con el 389  correspondiente al numero, hay una segunda placa con la letra "C".

Con estos antecedentes elabore en mi cabeza la hipótesis de que alguna vez esta calle fue un Pasaje o Cité que no salia a calle Huérfanos, y en que todas las casas tuvieron la misma dirección (Compañía 2876) y se diferenciaban una de otra por letras.

Entonces empece a buscar antecedentes que me permitiesen comprobar si mi hipótesis estaba en lo correcto, y fue así como me fui encontrando con algunos datos, como por ejemplo que entre 1926 y 1928 una señora llamada Celsa Rodriguez de Hurtado (de ahi el nombre de la calle) encargo la construcción de 21 casas en estilo Tudor y Gotico a contados arquitectos chilenos.
Como en esta calle, solo hay 11 casas en ese estilo, y el resto de las encargadas por esta señora estan en un pasaje inmediato al oriente de la calle Hurtado Rodriguez, al que se accede por Huérfanos, sin dudas corroboro que las 12 casas iniciales en la mitad norte de la calle, son anteriores a la fecha de construcción de las restantes, y por lo tanto coincidentes con el tiempo en que mis bisabuelos y mi abuela vivió ahí, lo que le dio sustento a mi hipótesis.

Pero sin duda el gran hallazgo que hice en internet, y que comprobó cien por ciento que mi hipótesis estaba en lo correcto, es la fotografía  de 1917 que les muestro a continuación:


En ella se ven las casas de la vereda oriente de la actual calle Hurtado Rodriguez, mirando desde calle Compañía, y se distingue claramente que fue un Pasaje cerrado de los denominados Cité, con una plaza central.

Ahora la duda era cual de las 12 casas que componen la mitad norte de la calle es la que corresponde a la que aparece en la fotografía de mi abuela. Lo primero que puede inferir de la foto de mi abuela, es que corresponde a una de las casas de la vereda oriente, dado que el haz de luz que se ve en el pavimento, viene de norte a sur.

Mirando en detalle las 6 casas de la vereda oriente, solo una de las casas, la cuarta entrando desde calle Compañía,  tiene una de  las ventanas con la forma idéntica a la que aparece en la fotografía de mi abuela. Y si ademas comparamos ambas fotografías -que son ademas contemporáneas- podemos ver que frente a la cuarta casa hay varios maseteros con arbustos, que perfectamente pueden ser los mismos que aparecen en la parte superior izquierda de la fotografiara de mi abuela.

Mi conclusión finalmente es que la casa en la que vivió Georg Quentin y su familia en la segunda década del siglo XX, es la que corresponde al actual  373 de calle Hurtado Rodriguez, y que en esos años debió corresponder a la casa "H" del Cité de calle Compañía 2876.

La casa que deduzco fue en la que vivió mi bisabuelo Georg Quentin y familia.

La última foto en Lima

La foto que encabeza  este articulo me la envió recientemente desde Lima mi prima Monica Mayrock, y en  ella aparecen mis abuelos maternos, ...