UNO DE los fundadores del barrio, Jose Cumplido, caballero que por la austeridad de su vida hacia honor a su apellido, fundó en compañía de los comerciantes españoles Manuel Puerta de Vera y Jose Maria Anriquez, la Hospedería de San Rafael, ubicada en la avenida Matucana 983, donde actualmente esta la Parroquia de San Pablo, creada en 1929. El terreno fue comprado a doña Dolores Portales, una de las mas poderosas terratenientes de Yungay, el año 1856, al precio de un real la vara (doce y medio centavos).
Al medir el terreno ocurrió un hecho tragicómico: la señora Portales tenia a su servicio, un mestizo de confianza, apellidado Verdugo, a quien su ama apodaba "el chinito", porque le llevaba al templo la alfombra sobre la cual ella se arrodillaba. El criado era también calesero. Los tres compradores del terreno: Jose Cumplido, Jose Maria Anriquez y Manuel Puerta de Vera, fueron a medir la propiedad en compañía de "el chinito", en calidad de representante de doña Dolores. En ese momento, por unos centímetros mas o menos, se produjo una discusión entre los compradores y "el chinito". Cuando este se inclino para medir el terreno, una vaca que allí pastaba, en ese momento, pateo al "el chinito" en la boca y le boto la mitad de los dientes.
La fundación de la Hospedería tuvo su origen en un suicidio: entre los años 1855 y 1860, existía al costado de la Iglesia Catedral, el hotel "Del Comercio". Allí se reunían los mas exaltados propagandistas de las ideas revolucionarias que conmovieron a Francia en 1848, y después divulgadas por toda América. Entre los personajes figuraban: Eusebio Lillo, Manuel Recabarren, Benjamin Vicuña Mackenna y Francisco Bilbao, un juez de apellido Ugarte, y otros jóvenes de menor importancia. A estos los vigilaba un tal De la Jara, dueño del negocio de chancheria, existente en la calle de la Bandera, próxima a la panadería de las Fierro, ubicada entre San Pablo y Zañartu. De la Jara, conocido con el sobrenombre de "el chanchero", era, según decía don Cesar Rossetti, apaleador rentado por el Gobierno de Manuel Montt.
Jose Cumplido poseía un negocio en la calle del Puente; y, diariamente montaba su caballo y se iba desde la plaza de Yungay, donde vivía, a atender su negocio. La cabalgadura quedaba, durante el día, en una especie de posada que había en la plaza del Ajo, mas o menos en el mismo sitio ocupado ahora por la Estación Mapocho. A ese redondel iban a vender los ajos los comerciantes de Santiago y sus aledaños. El vecino Cumplido, cuya residencia se consideraba, entonces, muy distante de la capital, para ahorrarse el viaje hasta su casa, almorzaba en el hotel "Del Comercio". Un dia, al dar las doce el cañón del Santa Lucia y mientras don José Cumplido almorzaba, se le acerco un individuo de aspecto extranjero, y, sorpresivamente, le pidió dinero prestado para cancelar la deuda contraída por su hospedaje en el hotel. El señor Cumplido pensó que se trataba de un ocioso, aficionado a vivir a costa de los demás, y le negó el dinero. El hombre advirtió a don Jose que si no se lo facilitaba, se suicidaría allí mismo. Aunque no dio importancia a la amenaza, momentos después sintió una detonación, salio, junto con los demás comensales a la calle, y encontró tendido sobre el pavimento, con una herida en la sien izquierda, al mismo individuo que le había solicitado el préstamo.
Desde ese momento, el señor Cumplido, atormentado por el remordimiento, de inmediato converso con sus amigos Puerta de Vera y Anriquez, huéspedes también del hotel, en los momentos del suicidio, y les propuso la fundación de la Hospedería de San Rafael, con el objeto de ofrecer alojamiento y comida a los indigentes, chilenos y extranjeros. Aceptada la idea, se pusieron en campaña para realizarla.
Asesoro a los filántropos, el Padre Francisco Pacheco, de la Recoleta Franciscana, ya mencionado en estas Crónicas. este buen fraile mendicante, tenia una Sociedad de Obreros, llamados "los pechoños", dedicados a construir templos, capillas y edificios para las instituciones de caridad. Entre las pequeñas iglesias edificadas por "los pechoños", en aquel tiempo (1850 - 1860).
El Arzobispo Rafael Valentin Valdivieso, por decreto del 23 de octubre de 1858, aprobó el proyecto provisorio hecho por los Cofrades de la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús de la Parroquia de San Saturnino de Yungay, para establecer la Hospedería de San Rafael, contigua a la capilla de este nombre, erigida por este mismo prelado el 8 de octubre del año anterior.
La capilla y la hospedería las construyeron "los pechoños" del Padre Pacheco.
Uno de los promotores de la Hospederia fue don Manuel Puerta de Vera, el mismo vecino, a cuya petición el Gobierno encargo a Eusebio Lillo, el nuevo Himno Nacional, menos ofensivo que el anterior, para el pueblo español.
La Hospedería de San Rafael daba gratuitamente habitación y alimento a todos los pobres que no poseían dinero para pagar el alojamiento en los hoteles. Tenia varias salas con camas. La institución realizo una dilatada labor social en el barrio; fue administrada, generosamente, por el mismo señor Cumplido hasta el fin de sus días.
Un suelto de crónica de EL MERCURIO, en 1910, recordaba que la Hospedería de San Rafael tenia, a la fecha, mas de medio siglo. Ella sirvió a los pobres, tal vez, hasta 1920; tuvo fama aun en Europa. desde esa fecha, no existe en nuestro barrio, una obra semejante, las hospederías, fundadas en los últimos 50 años, son negocios como cualesquiera otros, salvo las mantenidas por el Ejercito de Salvación que hospedan a numerosos desvalidos.
(*) Fragmentos del capitulo VIII del libro:
CRÓNICAS DEL BARRIO YUNGAY
de Fidel Araneda Bravo
Impreso por Carrion e Hijos Ltda.
Santiago de Chile - 1972.