Mi intención con este articulo, no es emitir un juicio de valor sobre la persona en cuestión ni dar mi opinión personal sobre el, sino que contar simplemente una anécdota de lo ocurrido en las dos ocasiones en las que estuve personalmente con quien es sin lugar a dudas uno de los personajes mas polémicos del siglo XX en Chile, y por que no decir también en el contexto mundial.
Me refiero al General Augusto Pinochet Ugarte, quien encabezo el gobierno en mi país por 17 años entre 1973 y 1990.
Pinochet fue por mas de 30 años una figura fundamental en el acontecer de Chile, desde 1973 y hasta su fallecimiento en el 2006, es decir entre mis 14 y mis 47 años de edad, así que podrán imaginar que su figura, como la de ningún otro político o personaje publico, cruzo prácticamente mi vida desde la adolescencia hasta mi edad adulta.
La primera vez que me tope con quien en ese entonces ya era ex General y ex Presidente, fue en los tiempo en los que yo me desempeñaba como Gerente de Operaciones de la Tienda Falabella del Alto Las Condes.
No recuerdo la fecha exacta pero fue un día de fin de semana (me parece que un domingo en la mañana) entre los años 2001 y el 2002,
Estando en mi oficina del cuarto piso de la Tienda recibo un llamado telefónico del Jefe de Seguridad Livio Venegas, quien como buen ex oficial de Carabineros y con el característico modo para referirse a una persona de rango militar mayor al de el, me comunica que: "Mi General Pinochet esta en el departamento de Confecciones en el primer piso".
Baje al primer piso por las escalas mecánicas de la tienda y desde allí me encamine los 20 metros aproximados hasta donde se encontraba Pinochet, quien ya muy adulto mayor y delicado de salud estaba sentado en una silla acompañado por algunos miembros de su escolta de seguridad.
Cuando intento acercarme para saludar, uno de los hombres de seguridad me corta el paso, pero al identificarme como el gerente a cargo de la tienda, el escolta muy amablemente se hace a un lado y me permite acercarme a Pinochet a quien saludo.
Durante el breve instante que converse con el acerca de su rara y poco usual salida de compras y su visita a la a la tienda para adquirir una chaqueta de vestir,se acerco a nosotros el vendedor que lo atendía para ofrecer una corbata que hiciese juego con la prenda que estaba por comprar.
Pinochet en ese instante mira al vendedor e indicando la corbata que tenia puesta le responde con ese humor sarcástico de "huaso ladino" que lo caracterizaba diciendo: "no gracias, tengo esta que me regalaron en Londres cuando estuve detenido", provocando la risa de quienes lo escuchamos.
Poco después Pinochet se despidió amablemente de todos y se retiro de la tienda como un cliente mas ante los ojos sorprendidos y el respetuoso silencio de las personas que se encoraban allí esa mañana.
La segunda ocasión en la que me tope casualmente con el ex Presidente Augusto Pinochet, fue en el 2004 en el Club Militar de Lo Curro.
Falabella había arrendado uno de los salones del Club para una jornada de 2 días de reuniones del área de operaciones corporativo con todos los Gerentes de Operaciones de las tiendas de la compañía, tanto de Santiago como las de regiones.
Finalizado uno de estos días de reunión a esos de las 6 de la tarde, y antes de subirnos a nuestros autos con para retirarnos, nos quedamos conversando en el estacionamiento del recinto un pequeño grupo de no mas de 5 o 6 personas.
Es en ese momento que llegan 2 automóviles Mercedes Benz (los clásicos blindados de color gris) que se detiene frente a la puerta de acceso al Club a no mas de 5 metros de donde nos encontrábamos, y de uno de ellos desciende Augusto Pinochet acompañado de su mujer Lucia Hiriart.
Dentro del grupo de personas que estábamos conversando en el estacionamiento y observando lo que ocurria muy cerca nuestro, se encontraba Jose Prussing, un ex oficial de ejercito que se desempeñaba en el área de operaciones corporativo de Falabella,, y que había trabajado en algún momento de su carrera militar en un puesto con el que tuvo mucho contacto con la señora Lucia.
Cuando doña Lucia se dio cuenta de la presencia de Jose, en voz alta y alegremente grito: "Pepito" y ambos se acercaron al grupo para saludar muy cariñosamente al ex militar, quien a su vez nos presento a Pinochet y a doña Lucia.
Después de una breve conversación ente la pareja y Jose, Pinochet y doña Lucia se despidieron del grupo y se dirigieron al interior del Club Militar.
No es común encontrarse de casualidad con un Presidente de la República, y menos aun con uno tan trascendental en la Historia de Chile, es por eso que quise dejar estas anécdotas como recuerdo
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