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domingo, 30 de agosto de 2020

Visitas Ilustres en Santiago (1961 - 1994)

En los artículos anteriores que publique en noviembre de 2019 y en enero de 2020, les conté sobre las personas mas destacadas a mi juicio, que fueron recibidas  como visitas en casa mis abuelos maternos, Norbert Mayrock y Meline Quentin, y que dejaron sus dedicatorias en un libro de visitas que  ellos llevaban para tales efectos.

Más de novecientas personas dejaron su firma y dedicatoria para el recuerdo en el libro de visitas, desde marzo de 1926, cuando comienza a ser utilizado en la casa de Miraflores en Lima, Perú, hasta la última dedicatoria registrada en la casa de la comuna de Providencia de Santiago de Chile, en noviembre de 1984. 

En este artículo les entregó el periodo final que comprende los 33 años transcurridos entre 1961 y 1994, en donde mis abuelos vivieron en dos casas distintas de la comuna de Providencia en Santiago de Chile, la primera en el 722 de calle Hernando de Aguirre, y la segunda  a partir de 1980 en el 2870 de calle El Vergel.

Debo recordar que mi abuelo poseía una de las colecciones de arte precolombino peruano más importantes del mundo, y por lo tanto la gran mayoría de las visitas que recibían en su casa estaban interesadas fundamentalmente en conocer dicha colección. 

El primero de los visitantes destacados a los que me voy a referir en este artículo es al pintor, grabador y arquitecto chileno Nemesio Antúnez, en ese momento Director del Museo de arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, quien visitó la colección arqueológica de mi abuelo en compañía de su mujer en enero de 1961.

El 28 de abril de 1961 estuvo de visita el arquitecto Sergio Larraín García-Moreno uno de los más importantes exponentes de la arquitectura moderna, y que al igual que mi abuelo fue un gran coleccionista de piezas arqueológicas precolombinas.  Sergio Larraín fue el fundador, y su colección sentó las bases, del Museo Chileno de Arte Precolombino, donde hoy también está gran parte de la colección Norbert Mayrock.

El ruso, nacionalizado francés, Vadime Elisseff, historiador del arte especialista en las culturas del extremo oriente, y encargado de las exhibiciones de China y Japón del Museo de Louvre de París, estuvo de visita en agosto de 1961.

El sacerdote jesuita belga Gustavo Le Paige, párroco de San Pedro de Atacama y destacado arqueólogo e investigador de la cultura Atacameña, estuvo en casa de los Mayrock en mayo de 1962.

Gustavo Le Paige de Walque

Desde Francia llegaron en diciembre de 1962 a la casa de Hernando de Aguirre, los arqueólogos Michel y Cecile Beurdeley,  especialistas en el estudio de las antiguas cerámicas de la cultura China.

Evidentemente las personas vinculadas con la Arqueología y la Antropología interesados en conocer y conversar sobre la impactante colección de mi abuelo fueron los visitantes más frecuentes, dentro de los que podemos destacar a: Bernardo Berdichewsky  de la Universidad de Chile (Agosto 1962); Olimpia Righetti del Museo Emilio y Duncan Wagner de Santiago del Estero, Argentina (Marzo 1963); Jacqueline Madrid de Colin (Enero 1964)(*); Lautaro Núñez del Museo Arqueológico de Calama (Marzo 1964); Ana María Lorandi, del Instituto de Antropología de Buenos Aires, Argentina (Agosto 1965);  Hubert Reimer, de la Universidad de Leipzig, Alemania (Enero 1966); Otto Zerries del Museo Estatal de Etnografía de Munich, Alemania (Agosto 1966); Julie Jones del Museo de Arte Primitivo de Nueva York (Septiembre 1966); Ernesto Leborgne del Museo de Arte Precolombino de Montevideo (Mayo 1969) y Carlos Aldunate, hoy Director del Museo chileno de Arte Precolombino (Marzo 1977).

Quizás el arqueólogo mundialmente más conocido que visitó a los Mayrock fue el norteamericano Junius B. Bird, conservador del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, quien estuvo en casa de mis abuelos en septiembre de 1966. 

Varios personajes del mundo político estuvieron conociendo la colección arqueológica, como por ejemplo el entonces Diputado del Partido Socialista chileno,  Carlos Altamirano Orrego, quien estuvo en dos oportunidades. La primer en agosto de 1963 acompañado de su señora, y en una segunda ocasión en compañía de uno de sus hijos y de su señora en mayo de 1964.

El otro político de renombre fue el entonces Senador y candidato a la Presidencia de la República, Salvador Allende Gossens y su señora Hortensia Bussi Soto, quienes dejaron sus dedicatorias en el libro de visitas el 4 de mayo de 1965.

Algunos años después y como consecuencia de estas visitas, cuando Salvador Allende fue electo Presidente de la República en 1970, mi abuelo tomó la decisión de enviar las piezas más valiosas de su colección en calidad de custodia al  Museo Estatal de Etnografía de Múnich (**), por el temor de que fueran confiscadas por el Gobierno de la Unidad Popular, que tenía dentro de su proyecto político, conocidos planes expropiatorios de la propiedad privada.

Dedicatoria de Salvador Allende y "Tencha" Bussi en el libro de visitas

En marzo de 1966 mis abuelos recibieron en su casa a quien fuera Comandante de la Fuerza Aérea de Chile entre los años 1961 y 1964, el General del Aire Eduardo Jensen Franke.

En abril de 1970 la señora Malú del Río de Edwards, esposa de Agustín Edwards, propietario del diario El Mercurio, estuvo de visitas en compañía de la mujer del Embajador de EE.UU. en Chile.

El 6 de mayo de 1983 visito a mi abuelo en su casa de calle El Vergel, el entonces Director del Museo Estatal de Etnografía de Múnich, Dr. Helmut Schindler, reunión en la que estuve presente, y en la que conversamos largamente sobre temas vinculados a la colección arqueológica, pero también sobre los Mapuches y su cultura, tema que interesaba de sobremanera al Dr. Schindler, al punto que años después publico un libro etnográfico sobre este pueblo sudamericano.

Helmuth Schindler es además autor del libro "La colección Norbert Mayrock del Perú Antiguo", que se publicó en varios idiomas y en el que muestra con su descripción correspondiente las piezas de la colección precolombina peruana de mi abuelo que hoy están en el Museo Estatal de Etnografía de Múnich en Alemania.

Versión en alemán del libro "La colección Norbert Mayrock del Perú Antiguo"

La arqueóloga Ingeborg Lindberg de Klohn, abuela materna de la que era en ese entonces mi señora Margrit Klohn, también visito a mis abuelos en  mayo de 1981, y conversaron largamente sobre la colección arqueológica, en especial sobre las piezas textiles de la Cultura Paracas. 

"Después de tantos años, he quedado impresionado con su colección" dice la última dedicatoria registrada el 29 de noviembre de 1994 en el libro de visitas. La escribió mi padre, Eduardo Cumplido Ponce, que después de casi 30 años sin dirigirse la palabra con mi abuelo .... desde antes que mis padres se casaran....., habían vuelto a tener una distante relación desde hace algunos años...... Los motivos son parte de otra historia!! 


(*) Jacqueline Madrid de Colin fue mi profesora en algunos ramos de la carrera de Licenciatura en Arqueología y Prehistoria, que cursé en la Universidad de Chile entre 1978 y 1983.  

(**) Staatliches Museum für Völkerkunde München.

jueves, 6 de agosto de 2020

Chacras de Coria y los libaneses

Hay lugares que por las circunstancias se te cruzan en la vida, los aprendes a querer y adoptar como propios, y los transformas así en parte de uno mismo. 

Es lo que me ocurre con Chacras de Coria, lugar del que era originaria mi mujer Irene Chantire, y donde viven en la actualidad una buena parte de su familia, todos descendientes de esforzados inmigrantes libaneses que se afincaron en esas tierras.

Conocí Mendoza siendo muy niño, de hecho fue el primer lugar en el que estuve fuera de Chile. Como nadador y siendo parte de la delegación del Club Deportivo de la Universidad de Chile, viajábamos en el mes de febrero, desde el verano de 1969 en adelante, a competir en un intercambio deportivo que se hacía año tras año con la rama de natación del Club Mendoza de Regatas, por lo que la ciudad argentina siempre tuvo para mi un significado especial.

Pero sin lugar a duda el acercamiento afectivo a la región cuyana lo comienzo a formar a partir de mi relación con Irene y los viajes que hacíamos dos o tres veces por año a Mendoza, especialmente a Chacras, para pasar tiempo con su familia paterna.

Chacras de Coria y la historia de los libaneses que se establecieron en la región de Cuyo es ahora parte de mi propia historia y de la familia que forme con esta gran mujer, es por eso que en su recuerdo, quiero dejar en este blog, un breve relato de lo que he podido rescatar de sus asombrosas y esforzadas vidas.

Juntos con Irene en la Plaza General Espejo de Chacras de Coria en 2012,
al fondo la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Chacras de Coria, es un pueblo al  pie de la Cordillera de los Andes en el departamento de Cuyo, al sur de la ciudad de Mendoza en la República Argentina, un poblado con microclima propio y calles arboladas, acequias, antiguas casonas coloniales, fincas y bodegas productoras de vino, y sobre todo gente que aún conserva su estilo de vida pueblerino.

Por su clima característico es un lugar sumamente agradable durante los meses estivales, ya que ofrece un espeso verdor y suaves serranías, con bellos lugares para la recreación. 

Hoy en dia se destaca además por ser un distrito de alto poder económico, donde se encuentran numerosos barrios privados con una alta calidad  de vida, y se ha desarrollado un interesante polo gastronómico de gran variedad.

El nombre del pueblo data del siglo XVI, cuando el lugar fue propiedad del capitán español Juan de Coria y Bohorquez, a quien se le asignaron esas tierras y que entre otras obras fue quien realizó los trabajos para encauzar el río y plantó los primeros árboles de Castilla.

Es a fines del siglo XIX cuando empiezan a llegar los primeros libaneses a la Argentina, se calcula que entre 1880 y 1920 alrededor de 370.000 personas de origen árabe, emigraron a este país sudamericano.

Al ingresar al país son registrados en el puerto como turcos, porque lo que hoy es el Líbano, era en aquellos años parte del Imperio Turco Otomano por lo que la gente los empieza erróneamente a denominar "turcos".

Las razones por la que estos los libaneses abandonaron su patria fueron diversas, un aumento acelerado de la demografía, la persecución por parte de los turcos otomanos a quienes profesaban la fe cristiana, y la guerra italo-turca de 1911. 

Los inmigrantes libaneses se asientan en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Catamarca, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Misiones, Chaco, Patagonia y Mendoza.

Miembros de la Sociedad Libanesa de Luján de Cuyo en 1930

Un gran porcentaje de inmigrantes del Líbano se estableció en la región de Cuyo, que está formada por las provincias de San Juan, San Luis, Mendoza y La Rioja, algunos de ellos para trabajar la tierra; en cambio otros iniciaron actividades industriales y comerciales.

Fue el caso de los bisabuelos de Irene, Narciso y Rosa Chantire, quienes se radicaron en Chacras de Coria y establecieron en 1914 un emporio a pocos pasos de la plaza, y que era conocido como "lo de Chantire".

Nos cuenta Onelia Cobos en un artículo de recuerdos que titula "Las esquinas de Chacras"..... El viejo y cordial perfil de Don Narciso Chantire se asoma en el recuerdo, en la esquina de Mitre y Viamonte, opuesta a la farmacia. Dueño de un cambalache ferial de desorden y diversidad, en su almacén no faltaba nada..... 

El local aún existe, en la actualidad con el nombre de "Supermercado Dandi", cuyo propietario sigue siendo una de las ramas de descendientes de don Narciso.

Narciso y Rosa Chantire eran originarios de la región de Monte Líbano, una de las ocho gobernaciones que conforman el país y que es conocida como  el centro de los cristianos libaneses,  debido a que más del 85% de la población la componen católicos maronitas, ortodoxos griegos y otros cristianos.

Rosa y Narciso Chantire

Fueron varias familias libanesas las que se radicaron en la región cuyana, entre los que podemos mencionar apellidos como Abraham, Dip, Achem, Elaskar, Masud, Abdala, Chantire, Barud, Farés, Isuani, Hakim, Manzur, Yamin, Mucarsel, Nahman, Caram, Mema, Yazbek, Bechara, Nazar, Nazum,  entre otros.

Estos inmigrantes tuvieron que enfrentar el desarraigo, el aprender otro idioma, y evidentemente otras costumbres, lo que con esfuerzo y con su diario trabajo les permitió salir adelante y darle estabilidad y progreso a sus familias y a la tierra que los adoptó.

Hoy los descendientes de estos emigrados, hombres y mujeres que dejaron su pueblo natal y su Libano amado buscando un futuro, se reúnen en torno a instituciones como la Sociedad Libanesa de Lujan de Cuyo, fundada en 1925,  con el objeto de afianzar las costumbres, cultura y tradiciones, que trajeron sus antepasados desde aquellas lejanas tierra.

La última foto en Lima

La foto que encabeza  este articulo me la envió recientemente desde Lima mi prima Monica Mayrock, y en  ella aparecen mis abuelos maternos, ...